Las estrellas del Rock y los vagos del Arte Corporal

En el fascinante mundo del arte corporal, donde la tinta se convierte en un lienzo de expresiones personales y rebeldía, hemos detectado una tendencia hilarante y, por supuesto, digna de ser analizada con un toque de cinismo y diversión.

Bienvenidos al circo de las ofertas de empleo en estudios de tatuaje, donde las expectativas se encuentran con la cruda realidad de una manera que te hará cuestionar si estás leyendo una oferta laboral o la lista de demandas de una diva del pop.

Estudios de tatuajes a los que no les gustan las drogas…

Por un lado, tenemos a los estudios de tatuaje que, en su búsqueda de nuevo talento, se sienten obligados a especificar en sus ofertas de empleo que no están interesados en contratar a estrellas del rock. Sí, has leído bien.

Parece ser que el mundo del tatuaje está inundado de artistas que, además de su kit de tatuajes, traen consigo dramas dignos de una telenovela y una cantidad de drogas que haría sonrojar al mismísimo Keith Richards. «¡No queremos drogas, dramas ni estrellas del rock!», exclaman, como si la mera mención de estas palabras fuera a disuadir a los aspirantes a Keith Moon de presentarse.

Es casi conmovedor ver cómo estos estudios creen que sus advertencias tendrán algún efecto, más allá de provocar carcajadas.

Tatuadores que se creen los únicos del mundo…

Por otro lado, nos topamos con los tatuadores, esos seres de creatividad desbordante, cuyas habilidades para ignorar instrucciones son tan notables como su talento artístico.

En un giro cómico del destino, estos artistas, cuando se enfrentan a la tarea de presentarse a una oferta de trabajo, deciden que leer la descripción del puesto es una pérdida de tiempo monumental. ¿Y qué me dices de preparar un currículum vitae que no parezca haber sido diseñado por un niño de cinco años? «¡Bah, tonterías!», piensan. «¿Quién necesita demostrar profesionalismo cuando se tiene talento?».

Así, armados con una confianza digna de un rockstar, envían solicitudes que hacen que el receptor se pregunte si lo que tienen en frente es un intento serio de empleo o una broma de mal gusto.

¿Y qué sucede al final de la historia?

Este cómico desfile de expectativas poco realistas y esfuerzos mínimos nos lleva a preguntarnos: ¿dónde quedó el sentido común?

Estudios de tatuaje del mundo, entendemos que no quieran convertirse en el próximo episodio de «Behind the Music», pero tal vez, solo tal vez, enfocarse en la habilidad artística y la ética profesional traería mejores resultados que especificar una política de «no estrellas del rock».

Y tú, aspirante a tatuador, recuerda: no estás solo en el mundo. Seas mejor o peor, como tú, hay 20.000 más en el mundo que también están buscando trabajo. Lee y esfuérzate un poco. ¡No seamos divas ni perezosos!