En el vasto y colorido mundo del tatuaje, existe una especie muy peculiar: el aprendiz de tatuador. Estos valientes soñadores empuñan sus máquinas de tatuar como si fueran espadas, listos para dejar su marca en el mundo, literalmente. Sin embargo, parece que su batalla más grande no es contra la piel virgen, sino contra la dura realidad de encontrar empleo.
Y aquí, queridos lectores, es donde la trama se espesa como la tinta negra en un diseño tribal.
Tatuadores que no ayudan…
Primero, abordemos el elefante en la habitación: la queja de que los tatuadores con estudio no están dispuestos a ayudar. Ah, queridos aprendices, ¿realmente creen que después de visitar tres o cuatro estudios, el universo conspirará para abrirles las puertas del éxito? Este no es un cuento de hadas, es la vida real, y en la vida real, las oportunidades se ganan, no se otorgan por decreto divino.
El Mercado en sí
Ahora, hablemos del mercado laboral. Parece que algunos aprendices viven en una burbuja, creyendo que son los únicos en busca de esa esquiva oportunidad de empleo. Con cientos, si no miles, de aprendices compitiendo por un lugar bajo el sol, el hecho de que el 90% ni siquiera se moleste en preparar un portafolio decente es, francamente, desconcertante. ¿Cómo esperan destacarse en una multitud si su mayor esfuerzo es un bostezo visual?
Además, la realidad del sector del tatuaje es que no está precisamente rebosante de ofertas de empleo. Muchos estudios luchan por mantenerse a flote, y esperar que contraten a un aprendiz sin experiencia es como esperar que llueva en el desierto. Pero, claro, la culpa es de los tatuadores consagrados por no abrir sus puertas, ¿verdad?
La era digital
Y aquí viene la cereza del pastel: la era digital y la expectativa de éxito instantáneo. En un mundo donde todo está a un clic de distancia, la paciencia y el esfuerzo parecen conceptos anticuados. Hace unos años, ofrecimos un seminario para ayudar a los aprendices a encontrar empleo. De más de 30,000 visitas, solo cinco personas lo compraron. Sí, amigos, cinco. Esto no es solo una estadística; es un testimonio de la actitud predominante.
Moraleja
Entonces, queridos aprendices, antes de quejarse de la falta de oportunidades, pregúntense: ¿Estoy realmente haciendo todo lo posible para destacar? ¿He golpeado más de tres o cuatro puertas? ¿Mi portafolio refleja mi mejor trabajo, o es solo un montón de garabatos sin inspiración?
El camino hacia el éxito en el mundo del tatuaje es arduo y está lleno de desafíos. Pero con determinación, un buen portafolio, y una actitud positiva, las puertas comenzarán a abrirse. Y recuerden, en este viaje, la única verdad absoluta es que el éxito se gana, no se regala.